EUROPA – La Europa que quiere CILUS (Elecciones Europeas 2014)

CilusLo mismo que decimos de España o de la democracia, podemos decir de Europa.

“Nos sentimos muy demócratas y defenderemos la democracia, pero queremos otra democracia. “No sentimos muy españoles, pero queremos otra España”. “Nos sentimos muy europeos, pero queremos otra Europa”

Somos europeos por convicción, pero también por necesidad. Por convicción, porque la Unión Europea ha logrado acabar con la eterna rivalidad entre Francia y Alemania y porque nos ha hecho ver a nuestros respectivos vecinos, en nuestro caso a los franceses y a los portugueses, como unos ciudadanos más, no como enemigos. La mayoría de los españoles jamás haría la guerra contra ningún país europeo. La Unión Europea ha reforzado nuestra democracia y es una garantía de la misma. Por necesidad, por los países europeos por separado, y mucho menos España, podrán hacer frente a la globalización.

Queremos la Europa de los ciudadanos, y no sólo la Europa de las mercancías y de los políticos

II. ¿De qué responsabilizamos a la Unión Europea, es decir, a las instituciones de la Unión Europea?

a)  De que se han preocupado de crear un  gran mercado pero no de crear una verdadera Unión entre todos los países;

b)  De que no han sabido controlar la derivaeconómica y financiera que estaban tomando los países de la Unión;

c)   De que no han visto, a pesar de que todo el mundo lo veía, de que la unión monetaria, sin una unión económica y fiscal podría crear muchos problemas, como así ha sido, y de que sigue tener una política económica común de toda la Unión.

d)  De que, a pesar de estar en peligroel estado social europeo, no se están tomando las medidas urgentes que son necesarias;

e)  De que su política comercial de corte liberal está favoreciendo a las grandes empresas internacionales –muchas de ellas europeas-, pero está perjudicando al simple trabajador. Aquellas están desmantelando sus fábricas de Europa para fabricar a precios abusivos en los países emergentes, practicando el dúmping social y ecológico.

f)    Esta exigiendo austeridad a los países miembros cuando la Comisión y el Parlamento Europeo están despilfarrando el dinero de los ciudadanos europeos:

¿Para que sirven las embajadas de la Unión Europea si cada país y a veces las regiones de los países tienen sus propias embajadas?

¿Para qué sirven tantos intérpretes y traductores, cuando el trabajo cotidiano debería realizarse máximo en tres idiomas y, en la medida de lo posible en uno?

¿Para qué sirven tantas oficinas del Parlamento Europeo y de la Comisión en las grandes ciudades de los países miembros cuando todo esto se puede hacer de una manera centralizada para todos los países miembros?

I. ¿Qué Europa queremos?

PROPONEMOS:

1)    Supresión de la mayoría o de todas las oficinas del Parlamento Europeo y de la Comisión en los países miembros.

2)    Supresión de todas las embajadas de los países miembros en el mundo, si ya existen las embajadas de la Unión. Deberían quedar relegadas a legaciones comerciales dentro de las embajadas de la Unión.

3)    Reducir a tres idiomas hablados como máximo dentro de las instituciones de la Unión, que serían el  inglés, francés y alemán. Como requisitos para ejercer un alto cargo o para ser europarlamentario, debería exigirse el dominio de al menos uno de ellos. Nos parece que para el ejercicio de cualquier profesión se exige mucho más.

4)    Elección directa del presidente y de los Comisarios de la Unión por parte de todos los ciudadanos. (Actualmente solo el el presidente de la Comisión es elegido indirectamente por los ciudadanos a través del Parlamento Europeo)

5)    Lucha contra la corrupción en la selección de los funcionarios, sobre todo de los altos cargos dentro de las Instituciones.

6)    Más Europa y menos nacionalismos tanto de los Estados como de las regiones.

7)    La Unión Europea debe contribuir a una regulación mundial de la economía y de las finanzas, pues la falta de normas internacionales están dejando a Europa con las manos atadas frente a la banca y a las grandes empresas multinacionales.

8)    El estado europeo del bienestar se está desmoronando, y una Europa mucho más unida es la única que lo puede salvar aún.

9)    Que se modifiquen los tratados para que el Banco Central  Europeo pueda prestar el dinero a los Estados directamente y a las empresas y ciudadanos de la Unión. Con el sistema actual los bancos reciben el dinero del Banco  Central Europeo, pero se quedan con ello y no llega ni a las empresas ni a los ciudadanos.

10) de toda la unión Europea para aquellos campos en los que las políticas nacionales de los Estados miembros se hayan mostrado ineficaces o insuficientes, que son muchos.

11) Cuando sea necesario, pedimos un único referéndum a nivel de todala Unión Europea, y no un referéndum en cada uno de los Estados miembros.  Además.

12) Pedimos la elección directa del Presidente de la Unión Europea, que deberá celebrarse el mismo día en todos los países de la Unión

13) Más integración política

Defendemos y pretendemos unos Estados Unidos de Europa para todos aquellos Estados miembros que así lo deseen y busquen una mayor integración Europea.

Justificación: Los Estados que deseen seguir con la situación actual, constituirían un segundo grupo, pero no podrían impedir que otros avanzaran hacia los Estados Unidos.  Esta Europa a varias velocidades ya existe en otros campos (libre circulación de personas, euro, colaboración judicial), y no sería necesario reformar los tratados.

Fuente:  CILUS (Ciudadanos Libres Unidos) http://www.ciudadanoslibresunidos.org

Mensaje de La Razón a El Mundo: «Bárcenas y el periódico que le acoge están obligados a cortar su dinámica de diario sobresalto»

Enric Juliana (La Vanguardia): «La derecha de la derecha se la tiene jurada a Arriola desde hace tiempo, por narcótico, sedante, centrista y maricomplejines»

Los profesores de Periodismo solían repetir ese viejo mantra de «perro no come a perro», casi tan manido como aquello de «no le digas a mi madre que soy periodista, ella cree que soy pianista en un burdel». Pero volvamos a dichos caninos. Con esa frase, los docentes venían a decir que los periodistas y los medios no se critican unos a otros. Ya entonces se hacía poco creíble ese supuesto corporativismo. Ahora, casi dos décadas después, resulta evidente que los galgos y los podencos, incluso los caniches y los chow chow, tratan de devorarse unos a otros sin piedad alguna. Los artículos que desde La Razón y ABC dedican el 18 de julio de 2013 a quienes han sacado los papeles de Bárcenas son buena prueba de ellos.

Arrancamos con el periódico de la ‘disciPPlina’. Nos encontramos con Mucho ruido y pocas nueces, firmado por Iñaki Zaragüeta, donde se critica a El Mundo sin tener la cortesía de citarle por su nombre. No sólo perro come a perro, sino que se lo especia en grado extremo para que sepa a gato. El columnista de La Razón arranca:

No seré yo quien niegue el revuelo social provocado por el «caso Bárcenas», aunque ha alcanzado tan altas cotas más por efecto del altavoz mediático que de la sustancia real de lo exhibido hasta ahora. Hoy por hoy, no hay causa penal contra el presidente del Gobierno ni contra la secretaria general del Partido Popular.

Añade:

Ni Mariano Rajoy ni los hechos van a convencer a sus enemigos. Hace tres días reclamaban la comparecencia del presidente. Compareció, negó las imputaciones y ¿de qué ha servido?, de nada a pesar de decir lo necesario.

Sí, estimado lector, según Zaragüeta el registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante compareció para hablar sobre el caso del Señor de las Peinetas. Que se compadeció de sí mismo, es posible. Pero comparecer, que no compadecer, no es algo que haya hecho. Al menos, en opinión de este humilde lector de columnas, su respuesta a la pregunta del redactor de ABC no puede ser considerada una comparecencia para tratar el feo asunto que más páginas de periódicos ocupa desde hace semanas.

Lanza una exigencia al periódico de Pedrojota Ramírez:

Bárcenas y el periódico que le acoge están obligados a cortar su dinámica de diario sobresalto. La nación y la situación de los españoles no lo permiten. Ni de cara al exterior ni al interior.

Ramón Pérez-Maura, adjunto al director de ABC, escribe en el diario madrileño de Vocento una columna con el irónico título de Periodismo de investigación:

Hemos sostenido reiteradamente que que el llamado «periodismo de investigación» en España consiste, casi sin excepción, en esperar a que alguien deposite en tu buzón algún documento comprometedor para un tercero y cuya difusión beneficia de una u otra forma al remitente. Afortunadamente, en el caso Bárcenas esto es tan escandalosamente evidente, que el pudor ha triunfado al fin y el supuesto «periodismo de investigación» no ha sido invocado en este caso. Vergüenza torera, se llama la figura.

Presenta argumentos que, según él, desmienten los papeles del ex tesorero del PP. Nos quedamos especialmente con este:

Cuando era gerente [Bárcenas] demostraba un deslumbrante europeísmo, rayano con el Alcide de Gasperi, pagando en euros cuando la moneda no estaba en circulación todavía.

Al margen del detalle erudito de citar al padre de la democracia cristiana italiana, estamos ante uno de los manteas de la llamada ‘brigada del aplauso’. Y no por muy repetido es cierto. Este humilde lector de columnas ha revisado una y otra vez los papeles publicados por El Mundo (y también las fotocopias de las fotocopias de El País), y se ha encontrado con que la supuesta contabilidad B empieza a registrarse en euros en 2002, año en el que empezó a circular la moneda común. Pero hay más, incluso aunque las cuentas estuvieran en euros uno o dos años antes no pasaría nada. El cambio fijo peseta-euro se estableció tres años antes y, desde ese momento la divisa europea pasó a ser moneda contable aunque no existiera de forma física.

La carga contra El Mundo continúa:

Pero cuando se tiene una estrategia establecida, no permitas nunca que la verdad te estropee un buen titular, que decía un hipócrita fungiendo como periodista. Una vez que ya se ha conseguido colocar a un abogado de confianza llevando el caso, lo que urge hacer es sacar el mayor rédito posible a la posición de ventaja adquirida.

Cual Raúl del Pozo, mete en la columna de opinión una información que le han filtrado:

Cuando el pasado lunes terminó a las cuatro de la tarde la declaración de Luis Bárcenas ante el juez Ruz, Javier Gómez de Liaño no volvió a su despacho o se fue a su casa. No. Se fue a la calle Cardenal Marcelo Spínola, al domicilio de uno de los más altos cargos de la redacción de un diario, que tuvo que bajar personalmente a franquearle el acceso a la finca ante la ausencia del portero. Hay testigos de estos hechos.

Mejor que citar la calle, podría haberse mojado de verdad y haber dicho de qué «alto cargo» de la redacción de un periódico se trata. ¿Pudiera ser el padre de esa periodista a cuya boda en Nueva York acudió el propio Pérez Maura?

Concluye:

Con unas fuentes tan relevantes, y aunque sean una «mijita» parciales, se construye una verdad incuestionable. La palabra de Bárcenas, aunque haya hechos que la descalifican abrumadoramente, tiene más valor que la de los que él quiere imputar. Y lo tiene porque es el ariete que algunos necesitan para derribar este Gobierno. Que es lo único que en verdad cuenta. Porque a algunos la verdad les importa una higa.

Dejamos, por el momento, todo lo que tiene que ver con Luis Bárcenas y Mariano Rajoy para visitar Andalucía teniendo como guía a uno de los periodistas que mejor conoce la política de dicha comunidad autónoma. Ignacio Camacho firma, también en ABC, El perol:

El Partido Socialista siempre tendrá el honor democrático de haber sido el pionero en España de las primarias para elegir candidatos institucionales. Pero este reconocimiento incuestionable queda empañado por el recelo que los sucesivos aparatos de dirección han mostrado hacia el único instrumento político capaz de desafiar su hegemonía.

Tras un par de ejemplos, entra en materia socialista andaluza:

Hasta ahora los relevos en la Junta se habían producido por simples dedazos en mitad de legislatura, pero Griñán ha querido revestir su sucesión con un tosco disfraz de libertad interna. Más que unas primarias, ha organizado una farsa propia de la democracia orgánica. Ni los tiempos ni las condiciones reglamentarias permitían una confrontación igualitaria, plural y libre que pudiese poner en riesgo el delfinato de Susana Díaz.

Añade:

El rasgo más conocido de la protegida de Griñán es su decidida contundencia para la purga de adversarios. Una firma a favor de otro aspirante equivale en caso de derrota a un certificado de defunción política, al autoexilio en una organización diseñada como una inmensa máquina de repartir poder.

Concluye:

Griñán no quería primarias; deseaba una demostración de poder, una humillación de sus críticos. Pero la podía haber realizado entronizando directamente a su favorita sin subvertir la legitimidad y la limpieza de un proceso que ha malversado con ventajismo abusivo.

Volvamos ahora al caso Bárcenas, aunque desde una óptica totalmente diferente. Nos encontramos con dos columnas, en periódicos distintos, donde se comenta el ‘dejar que las cosas se calmen solas’ que parece ser el lema de Rajoy. El primero de ellos, tituladoEl arriolismo y publicado por Enric Juliana en el diario del conde de Godó y Grande de España convertido en independentista catalán, se centra en el papel del asesor áulico de los dirigentes del PP. El de La Vanguardia arranca con unas ínfulas literarias un tanto kirsch:

El arriolismo es un marinero tumbado en una litera, observando como una mujer oriental, Flor de Loto, enciende la pipa de opio. El marinero expira e inspira y de golpe el mundo se detiene y todo lo malo que aparece en las encuestas es un lío que se va desvaneciendo.

Repasa el papel de Pedro Arriola junto a Aznar y después pasa a lo que aprendió de los atentados del 11-M y su aplicación junto a Aznar:

España sigue siendo un país ligeramente virado a la izquierda, en el que el Partido Popular debe hacer tres cosas para ganar las elecciones: evitar los frentes que más fácilmente puedan movilizar el voto de centroizquierda; mantener intacta la marca de Partido Alfa de la economía; y coagular los sentimientos nacional-españoles cada vez que los catalanes y los vascos -especialmente, los catalanes- tiren de la cuerda y no se avengan al dictado.

Define lo anterior como un «pragmatismo sociológico» del gusto de Rajoy. Añade:

El presidente toma arriolas.

Sigue:

La derecha de la derecha se la tiene jurada desde hace tiempo, por narcótico, sedante, centrista y maricomplejines. Estos días sus honorarios aparecen en la contabilidad B de Bárcenas. Honorarios altos.

Concluye:

Arriola ha aconsejado a Rajoy atravesar el pasaje Bárcenas con los faros semiapagados y ahora en la Moncloa y en el Partido Popular se dan cuenta de que había demasiada adormidera en la pipa. La prensa internacional ha detectado una buena historia en España (realmente lo es) y la RAF -la potente prensa económica anglosajona- acaba de localizar un apetitoso objetivo PIG en ese sur de Europa que tanto ama.

En un tono muy distinto, Manuel Jabois también comenta en El Mundo el Ante todo mucha calma de Rajoy ante el caso del Señor de las Peinetas:

El lema del escudo de armas de la carrera política del presidente es célebre, obra de otro gallego, Camilo José Cela, que dejó dicho que en España el que resiste, gana, si bien no contaba con que a su muerte resucitaría, al tercer día, la viuda. En lo peor de la crisis Rajoy aconsejaba a sus ministros que tuviesen calma, que no leyesen tanto la prensa, pues lo alarmaba todo, y que había que tener paciencia y resistir. Ese verano, tras saber que sus familiares recibieron algunos reproches de vecinos de Sanxenxo, envió desde Madrid un par de SMS en el que les pedía estar tranquilos y aguantar.

Añade:

La publicación de los mensajes con Bárcenas abunda en la sedación lingüística, la anestesia verbal enormemente fructífera en momentos de pánico. «Podrán quitarme todo», dirá sentado sin mover un músculo ante la magnitud del escándalo, «pero nunca me podrán quitar la tranquilidad». Sobre esta estrategia de comunicación, esta postura tan perfectamente descifrable que dispara todas las conjeturas, ha construido Rajoy sus éxitos; victorias desde paciencia como la de Indurain, que pedaleaba al mismo ritmo mientras le atacaban a izquierda y derecha y no osaba nunca levantarse del sillín, pues su molinete rendiría a los demás.

Concluye:

Para superar ocho años sin poder se aplicó la letanía que trató de aplicar con Luis Bárcenas («al final la vida es resistir», «tranquilidad, es lo último que se puede perder» y «sé fuerte») con la salvedad de que al contrario de lo que ocurrió con él mismo, político de expectación itinerante, Bárcenas era un hombre hundiéndose con cemento en los pies; pedirle pachorra fue un error de cálculo. Y no el único. «Yo tengo pocas virtudes», dijo a Diario de Pontevedra en 2009. «Una de ellas es la capacidad de distinguir, aunque a veces me equivoque. En política, como en cualquier faceta de la vida, distinguir entre personas es muy importante». Fue un año después de nombrar a Bárcenas su tesorero.

Dirigir un Gobierno es Como Dirigir una Empresa

Yo siempre he pensado que dirigir un Gobierno es como dirigir una empresa. Pero como mucha gente dice que no y pienso que ellos saben, no lo digo muy alto, para que no me tachen, una vez más, de ignorante.

Lo que pienso es muy simple:

En la empresa hay un número uno, con el nombre que queráis: presidente ejecutivo, CEO, consejero delegado, director deneral…

En el Gobierno hay un señor que dirige, cuyo título es ese: presidente del Gobierno.

Si yo soy accionista de la empresa de la que estoy hablando, exijo al responsable que la dirija bien. En este caso, que el precio de venta de lo que vende sea mayor que el coste, y que esa diferencia sirva para pagar todo lo que haya que pagar, y, una vez liquidados los impuestos, yo pueda llevarme algo a casa y dejar el resto en la empresa, para  que no se descapitalice. Una empresa, así, va bien.

Es posible y frecuente que esa empresa necesite que los bancos le presten dinero. Los bancos, o la familia o los amigos de los accionistas, que se fían del responsable y le prestan dinero. (Cuando Ruiz-Mateos necesitó dinero, mucha gente se fió de él y se lo prestó. Luego, la cosa no salió bien, pero como ejemplo, sirve).

La empresa controla la deuda, porque habrá que devolverla algún día y, además, habrá que pagar intereses; y, si se debe demasiado, las cosas pueden estropearse para la empresa, para sus empleados, que pueden irse a la calle, y para mí y otros como yo, que hemos puesto dinero allí.

El que dirige la empresa la organizará de algún modo, siempre en función de lo que quiera conseguir: si quiere exportar pondrá un director de exportación, si quiere que los sistemas y los procesos funcionen bien pondrá un director de eso, etc. Si la empresa tiene muchos productos y mercados distintos, descentralizará. Si es al revés, centralizará. Pero siempre, cuando descentralice, procurará que haya una filosofía común y que todos se sientan partes de un todo y no versos sueltos que, al fin, ni poema ni nada.

Esto de la organización puede tener un problema. Lo he contado alguna vez. Cuando yo trabajaba en el IESE, asistí a una clase que daba otro profesor. El tema era Estructura de Dirección. El profesor fue dibujando en la pizarra un organigrama lleno de cuadritos. Dibujando y dibujando, llenó la pizarra. Y preguntó: “¿qué os parece esta estructura para la empresa que estamos estudiando?”. Hubo intervenciones de todo tipo. Uno de los asistentes se fijó en la figura del director general y dijo: para dirigir una empresa con esa organización hay que tener carisma”. En aquel momento, otro, que normalmente estaba callado y que parecía que no se enteraba, dijo:¡’carisma, carisma´ es esa organización, con tanta gente mandando!”.

Todos nos reímos. Él, no. Porque quizá no sabía lo que era carisma y entendió que se hablaba de que la organización era carísima, pero nos estaba transmitiendo un mensaje muy serio: como montemos una organización con cientos de cuadritos y, dentro de cada cuadrito, una persona que cobre su sueldo, los gastos fijos serán enormes y como los gastos fijos se pagan con la diferencia entre lo que se vende y lo que cuesta lo que se vende, o subimos precios o bajamos costes… O bien, cambiamos la estructura y nos dejamos de fantasías, que los tiempos no están para fantasías.

Exijo al que dirige mi empresa que haga equipo, porque un reloj con unas agujas preciosas, que cada una decida ir por su cuenta, la grande para adelante, la pequeña para atrás, etc., hará muchas cosas y muy bonitas, excepto una: dar la hora.

En España somos unos cuantos millones de accionistas que hemos elegido a unos señores para que nos gobiernen. Hemos elegido a estos porque nos parecía que lo harían mejor que los otros. Y se han puesto a trabajar, hace un año y medio, más o menos.

La situación es complicada, como le ocurre a cualquier empresa que tiene mucha competencia, que tiene algún producto que ya no se vende porque se ha pasado de moda, etc.

El director general de mi empresa, a la que podíamos llamar España, Inc., nombre nada original que ya se les ocurrió a los japoneses hace tiempo, intenta poner en orden las cuentas, que el anterior director general se las dejó un poco liadas.

Poner en orden siempre es doloroso, porque a todos nos gusta un poco la jarana, que es muy divertida, pero que luego hay que pagar.

Y, además, resulta que la empresa no es independiente. Es una filial de una multinacional, y, por mucho que grite el Director General, se calla cuando habla el Presidente de la multinacional.

En la empresa, el director general lucha por formar equipo, y, además, por intentar sacar de todos lo mejor que llevan dentro, porque un equipo cohesionado e ilusionado funciona mejor.

Si el director general tiene un consejo de administración por encima de él, al que tiene que rendir cuentas, es bueno que también el consejo forme un equipo cohesionado, porque si cada uno va a la suya, suceden dos cosas: que acaban no pensando en la empresa, sino en sí mismos, y que le vuelven loco al director general, que se pasa el día templando gaitas en vez de hacer lo que tiene que hacer: vender y ganar dinero.

Hace años, yo estuve en un consejo en el que había dos bandos: los buenos (nosotros) y los malos (ellos). La cantidad de tiempo que perdíamos preparando planes para arrollar al equipo contrario hacía que se nos olvidara para qué estábamos allí.

Y cuando se olvida una cosa tan importante, los accionistas y los empleados tienen derecho a insultarte, porque lo que estás haciendo es una injusticia.

Si el director general anterior sigue yendo por la empresa porque es amigo del portero del edificio y le sigue dejando pasar, y en vez de sonreír a todos, tomarse un café con uno, cotillear un poco -lo justo- con otro e irse al cabo de 15 minutos, se dedica a distraer a todos y a decir que antes, cuando él estaba, qué bien iban las cosas, mientras que ahora, que no está, qué mal van las cosas, un día se encontrará con que han cambiado de portero y que el nuevo portero del edificio tiene una lista de personas non gratas, encabezada y finalizada por él, porque non grato sólo hay uno, él, y que le piden por favor que se vaya a tomar café al bar de enfrente, donde tiene todo pagado.

Nuestra empresa, España, Inc., está en una situación difícil. Como todas. Nos han despertado de un sueño, que era eso: un sueño.

Y cuando te despiertas de un sueño, en el que todo era de color de rosa y te casabas con la guapa, resulta que descubres que todo sigue siendo como siempre, o sea, gris rosáceo, y que no te casas.

Ahora, el consejo de España Inc. tiene que apoyar al director general.

Y los accionistas, también. Hubo accionistas, muchos, que no le eligieron, pero lo de la democracia tiene esas cosas: que unas veces ganas tú y otras veces gana el otro.

Dicen que el Estado es diferente de la empresa. Puede ser, porque en una empresa no se toleraría la rebelión de los empleados, varones o hembras, exigiendo cada uno sus derechos y olvidando alguna obligación que otra. No se admitiría que hubiera uno -he dicho uno, no dos o tres: uno- que metiera la mano en la caja y si hubiera uno -he dicho uno- en esa situación, primero se le echaría a la calle y luego se discutiría si el despido era procedente, improcedente o mixto. Y la discusión se podría alargar lo que se quisiera. Pero el tipo ese, a la calle.

En España, Inc. tenemos deudas, casi un millón de millones, como lo que producimos. O sea, somos una empresa que produce un millón y debe un millón (de millones, claro). Pues ya se ve que igual nos podemos endeudar más, pero que mejor que no.

¿Bajar los impuestos? Me encantaría, porque si bajamos los impuestos, las empresas se animan, empiezan a trabajar, a ganar dinero y los impuestos se reaniman, porque hay más empresas pagando.

Me parece fenomenal, pero no sé si podemos, porque si bajan los impuestos, bajan hoy y si se recuperan las empresas, es mañana y de hoy a mañana ha aumentado el déficit, y lo que hemos ganado lo perdemos, y hay que financiar ese déficit unos meses, o algún año que otro. Y más recortes, y más deudas, no, por favor.

Sigo con mis ideas fijas. La Administración pública, el modelo de Estado, el comportamiento de la Administración central y de cada una de las 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla. Veo que poco a poco van metiendo la tijera. Lo de los ayuntamientos pequeños, quitándoles competencias para dárselas a las Diputaciones, me parece un procedimiento para resucitar a estas últimas. Igual será bueno, pero tampoco estoy seguro. Es que no estoy seguro de nada.

Y de ahí deduzco que Rajoy y sus ministros tampoco están seguros de nada. Ni la oposición. Ni los partidos periféricos, que gritan, mientras sus autonomías siguen viviendo del FLA, o sea, de los ‘hispabonos’.

Y por eso, pienso: ¿por qué no dejamos dirigir España a los que hemos elegido para dirigir España?

José María Aznar siempre me ha caído muy bien. Ana Botella, su mujer, alcaldesa de Madrid, aún me cae mejor. Pero Ana, por favor, dile a José María que ahora no es el momento de hablar. Que seguro que, si volviera, lo haría bien. O no. Como todos.

Que lo estamos pasando mal, sí. Que esto no es la ‘purga Benito’, también. (Te purgas y ya está). No. Esta es una purga dolorosa y larga. Pero dejemos que gobierne el que gobierna, que para eso le pagamos el sueldo. Es verdad que todos llevamos un seleccionador nacional dentro. Todos sabemos a quién hay que poner en el equipo nacional. Pero, al final, el único responsable hoy se llama Vicente del Bosque.

Pues hoy, el único responsable se llama Mariano Rajoy, que está emparedado entre la presidenta de Europa, Inc. y los accionistas de España Inc.

Me parece muy bien que la oposición se oponga, que para eso está. Con cabeza, como es natural, porque muchas veces  las oposiciones se oponen sin cabeza y dicen tontadas.

Pero que se opongan los de tu familia, y, además, en público, me parece muy triste. Porque no ayudan nada. Porque si te callas, los periódicos dicen que Rajoy se muestra indiferente con Aznar”.

Y como los de tu equipo también hablan, en seguida la hemos liado y vuelve a estar en marcha ese gallinero que es cualquier partido político que se precie. (No sé de qué se precian, pero se precian).

Empecé el artículo hablando de si el Gobierno de un Estado era como el de una empresa o no. Sigo sin aclararme. Pero, mientras me aclaro, he llegado a dos conclusiones:

1.- El Gobierno del Estado tiene mucho que aprender del gobierno de las empresas.

 

2.- El gobierno de las empresas no tiene nada que aprender del Gobierno del Estado.

 

Falta de Democracia, Comportamiento Vil y Despreciable

Da igual la tertulia que sea, en radio o en televisión, o la columna de opinión de cualquiera de los legionarios mediáticos de la izquierda… El mensaje siempre es el mismo: el Gobierno del PP ha mentido, está conduciendo a los ciudadanos a la miseria, luego está deslegitimado para gobernar y los ciudadanos están legitimados para protestar en la calle e, incluso, para escrachear a los diputados y otros cargos públicos del PP. Los argumentos que desde los despachos de prensa de la calle Ferraz se pasan a los tertulianos afines parten de una premisa que es cierta: La situación económica ha empeorado y eso ha elevado los niveles de miseria. Negar lo contrario sería absurdo, pero por supuesto olvidan esos argumentos que toda esa miseria no se ha generado bajo el Gobierno del PP, sino que este la ha heredado del anterior Ejecutivo socialista.

Pero da igual, para los objetivos del agit prop hay que mentir o, al menos, ocultar una parte sustancial de la verdad. De ese modo se llega a una conclusión evidente: el Gobierno lo está haciendo muy mal, ha perdido el apoyo de la mayoría social y eso se demuestra en la calle y en las encuestas, luego el Gobierno tiene que irse. En el fondo no es más que la misma reducción al absurdo que hace la izquierda cada vez que la derecha llega al poder, y tiene que ver con esa patrimonialización del mismo que hace la izquierda en nuestro país bajo la premisa falsa de que la derecha ya ha gobernado durante cuarenta años y ahora les toca a ellos, por lo que, realmente, la democracia sólo es tal cuando es la izquierda la que llega al poder.

Y como faltan tres años para que acabe esta legislatura y se convoquen nuevas elecciones, y en ese tiempo se corre el riesgo de que se dé la vuelta a la tortilla y al PP empiecen a irle bien las cosas, con el riesgo evidente de que vuelva a ganar las elecciones, hay que acabar con esto cuanto antes, aunque sea por la vía de la ocupación de las calles, que es un recurso muy efectista. Efectista, sí… pero también antidemocrático, vil y despreciable. Me explico. Es evidente, y jamás se me ocurriría a mí decir lo contrario, que la gente tiene todo el derecho del mundo a manifestarse, a protestar cuando considera que una situación es injusta o cuando tiene problemas que quiere que el Gobierno resuelva, o simplemente porque al personal le da la gana y punto. El derecho de manifestación está recogido en nuestra Constitución y nadie lo pone en duda.

Lo antidemocrático viene cuando el derecho de manifestación se manipula de manera consciente para deslegitimar el resultado de las urnas. Los apóstoles de la deslegitimación la defienden con el argumento ramplón de que el PP ha engañado porque no está cumpliendo su programa

Y si lo estuviera cumpliendo se inventarían otra cosa. No deja de ser sorprendente que les preocupe a ellos que el PP no cumpla un programa que no han votado. A quien debería preocupar ese extremo es a los votantes del PP, y las reglas del juego democrático dicen que si el Gobierno no cumple sus promesas, los ciudadanos juzgan en las siguientes elecciones. En cualquier caso, sobre la base de esa premisa no se salvaría ningún Gobierno y, al final, los programas son meras guías pero lo que realmente exige la sociedad a un Ejecutivo es que responda adecuadamente a los problemas. Si lo hace bien se le vuelve a votar, y si lo hace mal no, pero para eso hay que esperar el tiempo que sea necesario porque en eso consiste el ejercicio democrático de la elección.

El dominio de la troika

No contentos con ese argumento, el siguiente es todavía más espeluznante: hay que acabar con el Gobierno porque está dominado por la troika. Y eso ya es el colmo, teniendo en cuenta que precisamente este Ejecutivo ha conseguido alejar el fantasma del rescate. Pero es un hecho que los españoles hemos querido estar en Europa y eso conlleva unos compromisos, y lo cierto es que el expediente por déficit excesivo no se le abrió a este Gobierno, sino al anterior… Lo asombroso es que los mismos que recurren a estos peregrinos argumentos para cuestionar el sistema democrático como forma, a su vez, de descabalgar al PP del poder, son los mismos que aplauden hasta con las orejas el ejemplo bochornoso de democracia bananera de Venezuela como si aquello fuera la panacea universal.

Es vil porque se recurre a la mentira. Lo estamos viendo en el caso de los dos asuntos que ahora mismo son utilizados por la izquierda para atacar al Gobierno:desahucios y preferentes. Se miente en las cifras, y se ocultan a la ciudadanía hechos esenciales como, por ejemplo, que ambas situaciones han sido heredadas por el actual Ejecutivo, que además está adoptando las legislaciones más proteccionistas de toda Europa en ambos casos. La legislación contra los desahucios está todavía en tramitación, pero en el caso de las preferentes el Gobierno ha adoptado una medida, la del arbitraje, que va a conseguir que la gran mayoría de los preferentistas que lo han sido producto de un engaño recuperen el cien por cien del capital invertido. ¿Creen ustedes que los amigos de las plataformas les han contado esto a aquellos a quienes supuestamente defienden? Ni por asomo. Se les miente diciéndoles que el Gobierno les va a quitar todo su dinero para salvar a los bancos, y eso es rotundamente falso y vil.

Y despreciable. Lo es porque se utiliza a gente que lo está pasando mal, muy mal, que además en muchos casos carece de la suficiente formación para poder reflexionar por sí mismos sobre el modo y la manera en que se les está manipulando con un fin político. Ni a los de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, ni a los de la Plataforma de los Afectados por las Preferentes les importan un comino aquellas personas a las que dicen defender… Sólo les interesa el fin político de echar al Gobierno del poder. Es más, los desahuciados o la gente que lucha por recuperar su dinero de las preferentes son daños colaterales, y cuantos más haya mejor, porque mayor será el impacto mediático de su lucha por el poder.

Es la socialización del sufrimiento… La izquierda lo ha utilizado siempre como estrategia. La extrema izquierda lo llevó al límite en el País Vasco, pero es más de lo mismo: a mayor sufrimiento, mayor capacidad de lucha. Pues bien, en esto es en lo que estamos, en ese tablero se está jugando la supervivencia del sistema. La izquierda radical lo tiene claro y sabe cuáles son sus cartas. Lo que no sé es a qué cartas está jugando un partido que se supone debería tener sentido de Estado y tendría que estar del lado de la razón y del sentido común defendiendo aquello que tanto nos ha costado conseguir. Puede que sea sólo un problema de liderazgo, pero creo que el PSOE tiene algo más que eso: tiene un problema de identidad.

La dación en pago universal “triplicaría” la morosidad hipotecaria

Según la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) la dación en pago universal y retroactiva triplicaría la actual tasa de morosidad hipotecaria, que se situaría entre el 8 y el 10%, frente al 3,5% actual. El número de hipotecas cuyo importe ya supera el valor de la vivienda asciende a medio millón y, por tanto, el porcentaje de hogares susceptibles de acogerse a esa medida oscilaría entre el 3,5 y el 4,6% del total.
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Según un estudio de María Romero, de Analistas Financieros Internacionales, las consecuencias de esa medida para el mercado hipotecario serían, además del ya mencionado repunte de la morosidad, un aumento del número de viviendas acumuladas en los balances de las entidades financieras, lo que supondría una reducción de sus resultados (porque tendrían que incrementar sus provisiones) y un endurecimiento de las condiciones crediticias a las familias, lo que podría dificultar el acceso al crédito y la compra de vivienda.

157.000 hogares podrían acogerse a la moratoria
La autora realiza, además, un cálculo del número de familias que podrá acogerse a las medidas ya aprobadas por el Gobierno el pasado mes de noviembre, que contemplaban una moratoria de dos años en los desahucios para las familias con especiales dificultades. El Real Decreto Ley establecía una serie de requisitos para poder acogerse a esa moratoria, entre los que figuran el nivel de ingresos del hogar, el que haya sufrido en los últimos cuatro años una alteración significativa de sus circunstancias económicas, que la cuota hipotecaria suponga más del 50% de sus ingresos y que se trate de un crédito que afecte a la única vivienda en propiedad. Según el análisis, 157.000 hogares (un 0,9% del total) cumplirían estos requisitos y, por tanto, podrían acogerse a la moratoria.

Plataforma Antidesahucios

Me quiero referir a esa dinámica que han puesto de moda algunas organizaciones españolas para cantarle las cuarenta a nuestros políticos ante el drama de los desahucios, la trampa de las Preferentes, las hipotecas abusivas… Motivos no faltan, la verdad.

No me pareció mal al principio. Al contrario. Soy partidario de que esta sociedad debe     hacerse escuchar, debe liberarse de intermediarios y hacer sentir a la clase política que está muy harta de abusos, atropellos e indecencias. Magnífico.

Rajoy

Sin

embargo, de un tiempo a esta parte ando algo perplejo. Resulta que sólo veo acoso a dirigentes del Partido Popular. Lo merecen, sin duda.

Están en el Gobierno y les toca remediar en lo posible el desaguisado. Pero esto sería razonable si los culpables de los desahucios, por ejemplo, fueran únicamente ellos. Y no es así.

Quiero hacer hincapié en una noticia publicada por el Diario El Mundo, que el  21 de noviembre de 2007, cuando Carme Chacón era ministra de Vivienda. «Chacon dice que Madrid tendrá, desde 2008, seis Juzgados para agilizar los desahucios»

O sea, que el problema de los desahucios no lo inventó el PP. Sin embargo, el PSOE no levantó entonces la indignación ‘espontánea’ de este pueblo llano que dirige Ada Colau, a pesar de que aquel Ejecutivo que lideraba Zapatero legisló conscientemente a favor del drama.

Ni se vieron protestas entonces, ni se ven ahora. No hay ni un sólo Policía Nacional en la sede del PSOE en la calle Ferraz en Madrid. Ni uno. No es necesario: allí siempre hay calma chicha.

PUESTA EN ESCENA DEL 29S

¿Qué sucede cuando surgen estas incoherencias? Que uno se pone a buscarle tres pies al gato. Es irresistible entonces empezar a ver confabulaciones detrás de cada esquina.

¿Y si esto de los asedios al PP estuviera dirigido por la izquierda política española para ejercer una oposición pública discreta, que no es capaz de llevar a cabo en el parlamento?

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¿Y si todo esto de la Plataforma Antidesahucios no fuera sino simple y pura agitación y propaganda, al estilo Goebbels, que tan bien saben organizar algunos? No sería la primera vez que sucede, ¿verdad?

Esta Plataforma ha conseguido un hito en su Iniciativa Legislativa Popular, consiguiendo 1.500.000 firmas, pero está perdiendo legitimidad , con los acosos que están llevando a cabo, denominados, horriblemente  “escrache”, palabreja que no quiero usar.

Por otra parte, como es usual en estos tipos de movimientos, no tienen la «formación» necesaria, para ver lo que sus pretensiones pueden tener en la realidad. Así, no es de recibo que se pretenda el carácter retroactivo, dado que, por ejemplo, las actuales hipotecas, sirven de

garantía a productos financieros emitidos por las Entidades y de aplicarse, tendríamos

otro síndrome, similar al de la Preferentes.

Yo, donde he podido hablar o escribir y de hecho está en el Programa Político del Partido

en Cilusel que milit

o (CILUS) http://www.ciudadanoslibresunidos.org, estoy t

otalmente de acuerdo en que exista, a futuro, la Dación en Pago de las Viviendas, que ya existe en nuestro O

rdenamiento Jurídico, pero no implicando solamente a las Entidades Financieras, sino que hay que hacerlo

extensivo a las Sociedades de Valoración y otros agentes que intervienen en las H

ipotecas.  Esto, necesariamente, r

edundará en una contracción del crédito, pues no se deberá conceder un Préstamo, cuya cuota de amortización supere el 30 ó 33%, máximo del dinero líq

u

ido del que disponga el Prestatario. De ponerlo en practica, también va a caer el montante d

el Préstamo a conced

er, ya que habrá que olvidarse el conceder porcentajes que se han acercado al 100%, del valor de la vivienda y, en algunos casos, a veces, se ha superado.

La solución que se me ocurre es el fomento de las viviendas de alquiler y si son de Protección Oficial, mejor, ya que, actualmente, es mas rentable el alquiler de este tipo de viviendas, que la compra.

Espero y deseo que llamemos a la «cordura» y llevemos una convivencia pacífica, aportando, cada uno en la medida de sus posibilidades, ideas a la «sangrante» situación en que viven muchas familias, entre las que se encuentran los afectados por las hipotecas.

Saludos

Muerte de Hugo Chaves

Hugo Chávez ha muerto. El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció anoche el fallecimiento en Caracas del caudillo bolivariano por las complicaciones médicas que padecía casi tres meses después de operarse por cuarta vez de uncáncer. El presidente venezolano, en el poder desde 1998, no pudo superar la enfermedad que se le diagnosticó en junio de 2011 y por la que fue operado en varias ocasiones, siempre en Cuba y bajo un hermetismo absoluto. Pese a una última intervención el 11 de diciembre, dos meses después de ser reelegido para un mandato que debía concluir en 2019, el líder venezolano perdió finalmente la batalla contra el cáncer.

Tras anunciar su muerte, Maduro, el hombre al que Chávez designó como sucesor, ordenó anoche el despliegue de un dispositivo militar y policial especial para garantizar «la paz» del país, sin especificar el número total de efectivos. «Se ha previsto un despliegue especial de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que en este mismo momento se encuentra desplegándose para acompañar y proteger a nuestro pueblo», señaló.

La Constitución prevé que al morir el mandatario asuma su lugar el presidente del ParlamentoDiosdado Cabello, quien debe convocar elecciones en el plazo de un mes. Se han declarado siete días de duelo nacional y Chávez será velado hasta el viernes, cuando se celebrará el funeral, según informó el ministro de Exteriores venezolano, Elías Jaua.

«Caudillo» por la fuerza de las urnas

Hugo Chávez Frías era «lo peor del caudillismo que, a su vez, representa lo peor de la herencia del imperio español en América». La definición del premio Nobel Mario Vargas Llosa encarna el pensamiento de medio mundo, de media Venezuela, sobre el caudillo bolivariano que entendió que la mejor manera de lograr el poder no era por las armas, sino con la fuerza de las urnas. Aunque fuera para manipular luego una y otra vez el ordenamiento político a su conveniencia.

Nació en Sabaneta el 28 de julio de 1954 en el seno de una familia humilde dedicada a la enseñanza. Con 17 años, el joven Chávez ingresaba en el Ejército y apenas diez años después ya era uno de los fundadores del Movimiento Bolivariano dentro de la institución. Venezuela se ahogaba en la corrupción política: los dos partidos tradicionales, el Copei y la AD, se alternaban en el latrocinio de uno de los países más ricos del continente mientras la población se arracimaba en los ranchitos de Caracas y otras grandes ciudades sin tener derecho a una migaja del enorme pastel petrolífero que enriquecía a las grandes familias.

En ese caldo de cultivo, entre Caldera y Carlos Andrés Pérez, un grupo joven de militares deciden dar un golpe de Estado en medio de la condena internacional (sobre todo, de la socialdemocracia que sale en defensa de CAP, entonces en el poder) y la simpatía de buena parte de la población, que ve en la intentona un necesario toque de atención a las élites corruptas. Chávez, como un anticipo de lo que será su querencia por los medios, pide rendirse por televisión. No ha conseguido sus objetivos en Caracas, algo que sí han logrado en provincias otros de sus compañeros. Pero la intentona ha fracasado con 14 muertos, según cifras oficiales (más de medio centenar según las oficiosas). «Asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano», anuncia teatralmente el coronel ante las cámaras. «El país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor».

Es tal el cargo de conciencia de los políticos -«el pueblo no puede defender la democracia cuando está hambriento», viene a justificar el jefe de la oposición aPérez-, y la oleada de simpatía de los militares que dos años después de la intentona fracasada el Gobierno de Rafael Caldera indulta a los implicados con la condición de que abandonen el Ejército. Comienza ahí, casi a la fuerza, la carrera política de Hugo Chávez.

Durante su brillante carrera militar, en la que siempre destacó como uno de los primeros de su promoción, mantuvo más de diez años de relación extramatrimonial con la historiadora socialista Herma Marksman. Su filosofía ‘bolivariana’ y las lecturas de su amante forjan la idea en Chávez de cambiar la república venezolana hacia un socialismo indígena, primero desde el Ejército, y luego desde las urnas.

Fidel Castro: el personaje que más le ha fascinado

Casado dos veces y otras tantas divorciado, en 1994, nada más ser indultado, conocerá al personaje que más le ha fascinado y marcado en su vida. Es recibido en La Habana por Fidel Castro: ambos se necesitan. El régimen castrista está en pleno periodo especial, sin el petróleo de la URSS y con una crisis sin precedente. Si Castro logra que ese joven militar fascinado por el socialismo y el bolivarismo llegue al poder, Cuba tendrá garantizado el petróleo que necesita para que el régimen no colapse.

Los años siguientes, Chávez, con los primeros asesores cubanos, recorre Venezuela capitalizando el descontento de la población contra los partidos tradicionales. Primero llama a no votar, a convocar unas elecciones constituyentes y, finalmente, logra aglutinar a toda la izquierda, socalistas, comunistas y populistas, en torno a su persona. A lomos de una elevadísima abstención, Hugo Chávez Frías se convierte en presidente de Venezuela el 6 de diciembre de 1998. Desde entonces, y en otras 13 contiendas electorales, sólo perdió dos y por estrecho margen.

El plan de Chávez y Fidel Castro se pone en marcha. En lo político, comienza una serie de cambios constituyentes para hacer de Venezuela una República bolivariana que, entre otras cosas, permite la reelección permanente de Chávez. En lo económico, nacionaliza las principales empresas y se garantiza la distribución ‘política’ del petróleo. Con el barril por encima de los 100 dólares y 70.000 barriles diarios, Chávez se garantiza una fuente de ingresos con la que comprar voluntades dentro y fuera del país. Ayuda a sostener el régimen castrista a cambio de médicos y cientos de asesores militares que controlan el nuevo ejército; riega las campañas electorales de Daniel Ortega en Nicaragua, de Evo Morales en Bolivia, de Correaen Ecuador… Es el sueño del ALBA, el tratado de Libre Comercio bolivariano por contraposición al ALCA, el Tratado que impulsan los ‘yanquis’. Además, juega a ser una potencia regional, invitando a Ahamadineyad a visitar Venezuela, a compartir tecnología nuclear; comercia con Corea del Norte y critica los ataques a Libia o Siria. No duda en ‘regalar’ petróleo a los barrios pobres de Estados Unidos o en montar un espectáculo en la tribuna de la ONU diciendo «aquí huele a azufre», tras la intervención de George Bush.

Dentro del país utiliza los medios de comunicación para dar a conocer sus medidas populistas. Expropiaciones en directo o regalos de lavadoras durante su ‘Aló, presidente’ son la mejor manera de garantizarse el apoyo de las clases más desfavorecidas, que montan auténticas brigadas en su apoyo -al estilo de los Comités de Defensa de la Revolución, de Cuba- que no dudan en bajar de los cerrillos de Caracas a reventar manifestaciones de la dividida oposición caraqueña. Chávez, cada vez que va a acercarse una elección, reparte títulos de propiedad de sus miserables chabolas. Títulos que perderían si el chavismo no gana en las urnas….

«¿Por qué no te callas?»

El clima es tan irrespirable y la violencia diaria tal que en abril de 2002 sufre un golpe de Estado financiado por los grandes empresarios de dentro y fuera del país. Llega a pedir asilo a la Embajada de España, pero la indefinición y la falta de pericia política de los golpistas hace fracasar el golpe, y Chávez vuelve con más poder. Ataca al Gobierno español de José María Aznar y las relaciones se enturbian hasta llegar al «¿Por qué no te callas?» que le espeta el Rey en plena cumbre ante la incapacidad del ya presidente Rodríguez Zapatero de silenciar los ataques de Chávez. El incidente da la vuelta al mundo y el Rey de España se convierte en un héroe para muchos venezolanos.

Sin embargo, poco cambia dentro del país. El petróleo sigue regando de dólares la política de Chávez y éste sigue ganando elecciones ante una oposición dividida y una gran parte de los electores que se decantan por la abstención. El Ejército está perfectamente controlado, por su propio carisma y por los asesores cubanos. Es uninterlocutor imprescindible en la región por el eje bolivariano que domina -Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y la populista Argentina de los Kirchner– y por sus relaciones ‘peligrosas’ con las FARC, a las que llega a dar cobijo en su territorio.

Llega el enemigo que no espera: el cáncer

En 2011, sin embargo, llega el enemigo que no esperaba: el cáncer, que amenaza con impedir la culminación de su sueño de ser reelegido hasta 2018.Todo el mecanismo bolivariano se puso en marcha para prolongar la vida del caudillo. Fue operado en Cuba y logró hacer campaña para las elecciones de octubre. Por escaso margen venció al líder opositorEnrique Capriles. Era el canto del cisne. Cuando volvió a La Habana en noviembre designó sucesor a Nicolás Maduro, aunque el Ejército quiere a Diosdado Cabello. Lo único que nunca imaginó era que su ídolo, Fidel Castro, le sobreviviría.

Con Hugo Chávez se va «lo peor del caudillismo», pero el chavismo sin Chávez es tan improbable como el castrismo sin los Castro o el franquismo sin Franco. Para bien y para mal, sobre todo para mal, su influencia ha marcado Venezuela y la región iberoamericana en los últimos 20 años. Pero su sueño bolivariano se disolverá más pronto que tarde porque estaba basado, única y exclusivamente, en el precio del barril de petróleo.

Fuente: Alberto Pérez Giménez

Psoe, Rubalcaba y Sanidad Privada

Capio Sanidad es una empresa de capital privado, propiedad del fondo de capital riesgo CVC Capital Partners, líder en gestión de hospitales, clínicas y residencias en toda España, y singularmente en Madrid. Por ejemplo, en Madrid tiene a su cargo la Fundación Jiménez Díaz, el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, el Nuevo Hospital Público de Collado Villalba, el Hospital Universitario Infanta Elena, Capio Hospital Sur de Alcorcón…

Politicos SolidariosPor ese motivo, Capio centraliza en gran medida las críticas del partido socialista hacia la sanidad privada y, en concreto, a la privatización de la gestión de hospitales, que considera un expolio de bienes y servicios públicos, además de un riesgo para los pacientes porque, al tratarse -argumenta- de una empresa privada, el beneficio económico es su principal objetivo y no el prestar a los usuarios una atención de primer nivel.

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El problema es que, como otros muchos ciudadanos, algunos altos cargos del PSOE son atendidos en establecimientos de Capio. Es, por ejemplo, el caso de su primer dirigente, el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Lo denunció públicamente hace unos días el secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz, quien criticó la “hipocresía” de algunos líderes socialistas diciendo que “Alfredo Pérez Rubalcaba se pasa el día clamando contra la sanidad privada, cuando él mismo es usuario habitual de los servicios de estas empresas”.

Por lo visto Rubalcaba acude a uno de los hospitales administrados por Capio. Se trata de la Fundación Jiménez Díaz, buque insignia del grupo en España, donde le trata el jefe de Cardiología.

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No es el único caso. Echániz afirmó a este respecto que “varios líderes sindicales mantienen actividad privada por las tardes, después de manifestarse y organizar huelgas por las mañanas”. Además, Andalucía, una comunidad gobernada por el PSOE, “se encuentra a la cabeza de España en sanidad y servicios sociales privados”: el 54% de los hospitales andaluces son privados.

Los Políticos y su Imagen

La definición de «un buen político» no ha variado apenas desde la antigua Grecia: el gobernante justo debe ser honesto y tener una vocación de servicio a la comunidad que le elige y a su patria. Sin embargo en los últimos tiempos hay muy pocos responsables políticos que se ajusten a esa definición. Hoy gran parte de los españoles ven a sus representantes casi como una casta parasitaria. Pero, ¿se puede reconciliar la ciudadanía con sus mandatarios? ¿Cómo puede trabajar la clase política para limpiar su reputación?´Politico

Ineficaces, corruptos y proclives a enredarse en luchas cainitas. Así ven muchos españoles a los miembros de la clase política. No importa si mandan a nivel nacional o local; si son gobierno u oposición. Las encuestas del CIS los han señalado como el tercer problema más preocupante para los españoles, sólo por detrás de la economía y el paro.

Los políticos de hoy lo son “de forma profesional”. No logran sus puestos por sus méritos objetivos y pocos han tenido un contacto prolongado con la vida civil, a la que les resulta muy difícil incorporarse tras perder unas elecciones, dimitir o ser destituidos. El gran problema, no obstante, es la corrupción, un concepto que parece asociado indefectiblemente al estamento político.Bajada de sueldo

Jorge Santiago, director del máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política (MAICOP) de la Universidad Pontificia de Salamanca, considera que “no es justo que los políticos estén considerados el tercer problema de los españoles”, pero entiende que “existen motivos para esa desafección que tenemos por nuestros representantes”.

Los asesores de hoy en día trabajan con personajes públicos que tienen “una imagen negativa, muy desprestigiada”. ¿Cómo luchar contra esa impresión? “Está claro que no es una cuestión de hacer campañas de publicidad o de persuasión”, explica. “Los ciudadanos les ven de esa forma negativa casi siempre por desconocimiento; no sabemos qué hacen, cómo deciden”, añade Santiago.El cambio político

Para este doctor en Comunicación, “a los españoles nos falta empatía con los políticos. Deberíamos ponernos nosotros en su lugar, no siempre esperar que ellos se pongan en nuestra piel”. Según Santiago, una pregunta clave que ha de hacerse un ciudadano antes de juzgar la gestión de un político es ¿cómo actuaríamos cada uno de nosotros en su situación?

Jorge Santiago no exculpa a la clase política de sus errores. “Siempre ha habido corrupción, desde los atenienses y los romanos; lo que ocurre es que hablar de quienes lo hacen bien no es noticia”. Por eso el MAICOP está preparando una serie de premios para reconocer a los mejores gestores políticos en 2013.

En situaciones de crisis es “cuando mejor se valoran” las tareas políticas. “Queremos presidentes y ministros que peleen por su país en Europa o donde sea, hasta las 4 de la mañana si hace falta” y eso sí es valorado positivamente por los ciudadanos, asegura.Politicos Solidarios

“Sí sabemos a qué reuniones va Rajoy, pero no lo que hace en ellas”, comenta Santiago. “Quizá si tuviéramos esa información entenderíamos mejor lo difícil de su trabajo”.

Algunos mandatarios se han puesto ya a trabajar. El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC) está elaborando una estrategia de transparencia, centrada en el ‘gobierno abierto’, para el gobierno de Mariano Rajoy. Ha surgido como respuesta a una inquietud del propio Gobierno ante el distanciamiento que han detectado entre los ciudadanos y las instituciones.´Politico2

Yuri Morejón es politólogo y consultor de comunicación pública. También es autor del libro ‘De tú a tú. La buena comunicación de gobierno’, un pequeño manual para dirigentes preocupados por su imagen y con problemas para comunicar sus ideas y decisiones

El primer paso para recuperar el respeto perdido por los políticos es que exista “coherencia entre lo que piensan, dicen y hacen”.

¿Cómo debe reaccionar un responsable ante un error o una crisis? “Deben reconocerlo, pedir disculpas y preguntarse cómo pueden enmendar ese error. Y repararlo, sea como sea”, afirma Morejón. Si piden la dimisión de otro ante una crisis, deben ser capaces de dejar el puesto si se enfrentan a una propia.

Otra de las parcelas que más quebraderos de cabeza ocasionan a los asesores públicos es la comunicación. Siempre hay que optar por “la transparencia y accesibilidad ante los medios y la ciudadanía”, explica el consultor.

“Los políticos deben comunicar qué hacen, cuándo lo hacen y cómo lo hacen, pero sobre todo por qué y para qué lo hacen”, continúa. Otro asunto capital está en las ruedas de prensa, donde la consigna es clara: “siempre deben admitir preguntas de los periodistas”.

En definitiva, un buen político no sólo debe gestionar con eficacia; también tiene que saber hablar de su gobierno y además de ser honesto, parecerlo.

 

Dos ‘listillos’ liberales que ponen a parir a Rajoy en Financial Times pero que chuparon del bote con Zapatero

Fuente: Periodista Digital

¿Cuáles fueron las recomendaciones que le dieron a ZP para que llevase a España a la

ruina?Foto InvestigadorFoto Investigador

Dos economistas ‘liberales’, Juan Rubio Ramírez y Jesús Fernández Villaverde, van dando lecciones a Mariano Rajoy sobre lo que no debería hacer, ponen en solfa sus medidas económicas y utilizan un medio de la relevancia como Financial Times para criticar al Gobierno de España. Pero una cosa es predicar y otra dar trigo.

Lo cierto es que estos dos especialistas se llevaron en el año 2007 la nada despreciable cantidad de 20.000 y 30.000 euros, respectivamente, por la asistencia técnica para el asesoramiento y la elaboración de informes técnicos para la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. ¿Y quién era el inquilino de La Moncloa en aquel momento? Zapatero

Estos paladines, que dan lecciones de austeridad pidiendo atajar el gasto y ponen a parir al Gobierno en la prensa, cobraron en 2007 suculentos contratos con Presidencia por asesorar al iluminado que hundió a España en la miseria, es decir José Luis Rodríguez Zapatero.

Han chupado del bote en épocas de bonanza y ahora vienen a dar lecciones de austeridad a Rajoy en la prensa extranjera. Como poco debería de pedírseles un poco de coherencia.

Estos dos ‘expertos’, visto el ‘éxito’ que sus recomendaciones surtieron en la economía española, van ahora dando lecciones por distintos foros mediáticos, alguno de relevancia como el Financial Times. Este es el caso de Juan Rubio Ramírez, que en el diario económico británico de marcada tendencia antieuropea escribió el 8 de enero de 2013 el siguiente artículo –Spain needs tough decisions on debt– y que traducido al español es que España aún ha de tomar duras decisiones sobre la deuda.

Ésta es la andanada que le suelta al Gobierno de Mariano Rajoy:

El presupuesto de Rajoy para 2012 fue una decepción. Los gastos corrientes aumentaban y las reducciones de gastos en general se concentraron en las inversiones públicas, otra vez recortes de golpe. Rajoy había prometido no subir los gravámenes.

En sus primeros cinco meses en el cargo parecía que el gobierno esperaba todavía que esos problemas se resolverían por arte de magia.

Este año será decisivo. Primero, será complicado efectuar más recortes de las inversiones. Se han reducido más o menos el 60% desde el comienzo de la crisis y hay poco margen para una contracción adicional.

Segundo, se necesitan grandes reducciones del gasto corriente si se han de cumplir las promesas sobre el déficit. Tercero, es probable que las protestas sean más numerosas como resultado de los recortes inevitables en sanidad y educación.

La combinación de estos tres factores será una dura prueba para Rajoy. Ha de consolidar sus tímidas mejoras con política que reduzcan de verdad el déficit estructura. Definitivamente, ha llegado la hora.

Por su parte, Jesús Fernández Villaverde, también en el Financial Times, aunque de fecha 19 de agosto de 2012, también carga contra la política económica emprendida por el Ejecutivo del PP –Rajoy must enact a radical plan for Spain– (‘Rajoy debe aprobar un plan radical para España’). En síntesis, este ‘listillo’ economista resalta que:

«La austeridad está teniendo un efecto expulsión» sobre las reformas, puesto que los votantes no perciben ninguna diferencia entre «los recortes presupuestarios y las reformas estructurales» y consideran que «la crisis económica se está convirtiendo en una crisis constitucional, ya que algunas de las regiones españolas empiezan a considerar un auténtico impulso hacia la independencia».

Rubio, en una breve respuesta a través de correo electrónico,  a Periodista Digital contestó que:

Lo que dice el articulo es verdad. Trabajamos en Moncloa en la época que se dice en el artículo y se nos pagó por ello. No recuerdo si las cantidades exactas son las que se dicen, pero me da la impresión que no van muy desencaminadas. Tampoco tengo mucho que decir al respecto.